EL CASTILLO EL REINO DE APRENDER JUGANDO

Que el castillo es especial en el colegio, que allí las tías educadoras y las técnicas se caracterizan igual que sus pequeños alumnos y alumnas, como Campanita  de Peter Pan o de la Bella durmiente, también como Elsa de Frozen, es una constante porque la imaginación es motor para educar mejor. Los padres y apoderados participan codo a codo con sus retoños, para las celebraciones y también para las actividades educativas, eso también es evidente.

Como cada año, esta semana recibió a 437 niños y niñas del nivel de prekínder, kínder, medio mayor regular y también la Escuela de Lenguaje, que atiende a los pequeños con algún Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).

¿Qué significa para los niños un ambiente de castillo?

 En palabras de la educadora Juana Cofré -una de las tres educadoras más antiguas del jardín, junto a Wilma Varas y Patricia Díaz- quien conoce bien el significado de este ambiente formativo, “El hecho de ser un castillo, para los niños es maravilloso, porque son príncipes y princesas.  El Castillo es un sello de este liceo tan grande”.

El Castillo cuenta con directrices tales como: Impulsar una educación cimentada en las bases curriculares del Ministerio de Educación; preparar a los niños para su ingreso a la enseñanza básica  -sobre todo introducirlos en el mundo de la lectura a través del método Matte- aplicar el “Programa Dual Inglés-Español”, que  permite a los docentes incorporar el inglés en forma progresiva en la sala de clases; integrar con mucha fuerza a padres y apoderados a la educación de sus hijos; y – lo más valioso-  dar amor, mucho amor a los más pequeños.

Tenemos niños de muchas nacionalidades, ¡incluso de Nepal!”, revela la educadora entrevistada.

El Castillo cuenta con un completo equipo de profesionales, a saber: 19 educadoras de párvulos y 14 técnicas en educación parvularia, equipo tutelado por   la jefa de la Unidad Técnica Pedagógica,  profesora  Iris Parra Canales.

Con el inicio de las clases, el  Castillo se llena de vida nuevamente, los colores y el movimiento se confunden con las risas y los cantos, en sus aulas emergen nuevos mundos y en sus pasillos se  aventura toda una experiencia con nuevos amigos.

Es el castillo mágico  -donde los educandos reciben una formación centrada en el amor y los valores- donde las potencialidades de los más pequeñitos son desarrolladas al máximo, de la mano de la imaginación, como dentro de un bello cuento de hadas.  Todo está preparado para que nuestros pequeños estudiantes multipliquen sus logros,  apoyados por sus tías educadoras y sus familias.

 

                                ¡El Castillo, siempre adelante!